[Articulos individuales de la edicion de Intersecciones de Primavera 2020 se publican en este blog cada semana. La edicion completa puede ser encontrada en MCC’s website.]
La mayoría de las personas trabajadoras del CCM de Canadá y EE.UU. en los programas globales del CCM generalmente han servido por períodos de uno, tres y, a veces, cinco años. Mientras tanto, un número relativamente pequeño ha continuado en servicio durante más de cinco años. Los programas del CCM han experimentado un flujo continuo de personal. En medio de estas interrupciones cíclicas, el “personal nacional” del CCM (personal del CCM que sirve dentro de sus propios países, como una mujer india que supervisa el programa educativo del CCM India o un hombre boliviano que dirige el programa de desarrollo rural del CCM Bolivia) han brindado una estabilidad vital indispensable, profundidad de conocimiento contextual y amplia experiencia a los programas del CCM. En este artículo, el personal del CCM de Bangladesh, Bolivia, Haití, India, República Democrática Popular Lao (Laos) y Nigeria, que en conjunto tiene más de 150 años de experiencia con el CCM, reflexionan sobre los cambios dentro del programa del CCM, desafíos enfrentados, éxitos celebrados y lecciones aprendidas del trabajo de desarrollo del CCM realizado en nombre de Cristo.
Bangladesh
El programa del CCM en Bangladesh comenzó en 1970 como un esfuerzo de ayuda para responder a las necesidades de las víctimas de desastres naturales. El CCM respondió a inundaciones, ciclones y mareas gigantescas con dinero, materiales y personal. Con el paso del tiempo, esta respuesta de ayuda se convirtió en actividades de desarrollo agrícola y económico. Los esfuerzos de desarrollo se centraron en dos iniciativas principales: educar a las personas agricultoras pobres sobre cómo aumentar la producción de cultivos y empoderar a las mujeres desfavorecidas para ganarse la vida para mantener a sus familias.
El CCM realizó su investigación agrícola en los años setenta y ochenta en colaboración con institutos de investigación de Bangladesh. Sus publicaciones anuales de investigación fueron muy valoradas por investigadores(as) nacionales.
El programa agrícola del CCM introdujo verduras de invierno y soja (un nuevo cultivo) en su área operativa. El CCM introdujo estos cultivos para aumentar los ingresos de las familias de las personas agricultoras y ayudar a aliviar la desnutrición generalizada entre la población rural. Los cultivos introducidos por el CCM continuaron siendo cultivados por la personas agricultoras mucho después de que el CCM dejó de trabajar en el área, proveyendo ingresos para sus familias y alimentos. Casi todos los cultivos producidos por personas agricultoras en Bangladesh se cultivan con la intención de vender algunos o todos por dinero en efectivo. En muchos casos, las personas agricultoras venden toda su cosecha para pagar deudas y luego vuelven a comprar su comida de esa misma cosecha vendiendo su trabajo. En el caso de Bangladesh, el enfoque del CCM en la agricultura fue muy apropiado.
El CCM llevó a cabo su investigación agrícola en colaboración con los institutos de investigación agrícola del país. Las publicaciones de investigación anuales del CCM fueron muy valoradas por investigadores(as) nacionales. Desde principios de los años setenta hasta los ochenta, las instituciones agrícolas de Bangladesh no contaban con personal adecuado, ya que el nuevo país carecía del personal y recursos financieros necesarios para satisfacer las necesidades de las personas agricultoras y sector agrícola en general. Se utilizaron recursos gubernamentales limitados principalmente para impulsar la producción de arroz y trigo. El trabajo del CCM con la investigación y extensión de cultivos de vegetales y soja fue muy apreciada por investigadores(a) agrícolas y extensionistas gubernamentales por igual.
Las mujeres desfavorecidas se definieron como aquellas que fueron abandonadas, divorciadas o viudas y que, en la mayoría de los casos, tenían hijas e hijos que criar. En una sociedad conservadora, el empleo normal fuera del hogar no era una opción viable para estas mujeres. Por lo tanto, el programa se centró en crear empleos donde estas mujeres pudieran trabajar desde sus propios hogares o en áreas enclaustradas no muy lejos de sus hogares.
El programa de creación de empleo del CCM Bangladesh ayudó a crear Aarong, una tienda departamental ahora exitosa en todo el país creada para vender productos hechos principalmente por mujeres desfavorecidas. El programa de creación de empleo también generó otras iniciativas comerciales, incluyendo Saidpur Enterprises, Jute Works y Prokritee. Estas empresas de comercio justo ahora son independientes del CCM y siguen creando empleos para mujeres desfavorecidas y aportando cientos de miles de dólares para sus familias.
El programa de creación de empleo el CCM Bangladesh generó otras iniciativas comerciales, incluyendo Saidpur Enterprises, Jute Works y Prokritee. Estas empresas de comercio justo ahora son independientes del CCM y siguen creando empleos para mujeres desfavorecidas y aportando cientos de miles de dólares para sus familias.
En sus primeros años de participación en Bangladesh, el CCM trabajó a través de otras organizaciones privadas de desarrollo voluntario (PVDO por sus siglas en ingés) y con diferentes agencias gubernamentales para implementar sus programas de ayuda y desarrollo. Sin embargo, hacia mediados de los setenta, el CCM comenzó a implementar directamente programas de agricultura y creación de empleo. Durante este período, que duró hasta después de 2000, el CCM colocó personal altamente calificado para realizar investigaciones sobre la producción agrícola y creación de empleo. Estos investigadores e investigadoras trabajaron a nivel de base para encontrar soluciones a los problemas en estos sectores.
Durante este tiempo, el CCM adoptó el enfoque de que el personal nacional de Bangladesh no debería hacer de su trabajo con el CCM una carrera profesional, sino que debería salir del CCM después de unos años. Este sesgo, junto con una política de personal expatriado de tres años en el programa, condujo a una memoria institucional a corto plazo que a su vez causó algunas debilidades innatas en la organización. Una de estas debilidades fue la falta de liderazgo continuo debido a operar con personal puramente voluntario. Los cambios en el liderazgo cada tres o cinco años causaron que el programa sufriera. Una organización grande como el CCM Bangladesh se habría beneficiado enormemente de un liderazgo a largo plazo para proporcionar estabilidad, dirección constante y moral mejorada.
De 1972 a 2000, el voluntariado expatriado fue el pilar de las actividades de investigación y extensión tanto en la creación de empleo como en la agricultura para el CCM Bangladesh. Después de 2000, la metodología del CCM cambió drásticamente de “programación directa” a trabajar a través de “organizaciones asociadas”. Este enfoque tenía la desventaja de que eliminaba al CCM del contacto directo con las personas a las que intentaba ayudar. Tampoco tuvo mucho éxito al colocar a personas trabajadoras expatriadas con organizaciones asociadas para realizar actividades de investigación o extensión, ya que las organizaciones asociadas elegidas carecían de los recursos para: 1) invertir en investigación y desarrollo de nuevos enfoques tecnológicos y 2) trabajar con departamentos gubernamentales para emplear a personas expatriadas. A pesar de estas desventajas, este cambio en la metodología hacia la asociación se volvió más atractivo a medida que Bangladesh desarrolló su propia gente calificada que creó y abasteció de personal las organizaciones Bangladeshís y el gobierno se volvió cada vez más reacio en permitir a personas expatriadas servir en el país como personal de desarrollo o ayuda humanitaria.
Independientemente de los muchos cambios en el programa a lo largo de los años, los esfuerzos del CCM en Bangladesh siempre se han centrado en las personas pobres, desfavorecidas y necesitadas de ayuda. Su preocupación siempre ha sido por aquellas personas que se sienten impotentes para progresar por su cuenta, dándoles las herramientas que necesitan para salir de la pobreza hacia una existencia sostenible.
Derek D’Silva trabajó con el CCM Bangladesh en múltiples puestos desde 1974 hasta 2011, más recientemente como director del CCM Bangladesh.
India
El Comité Central Menonita en India ha cambiado significativamente a lo largo de las décadas. Mi vida también ha cambiado a través de mi asociación con el CCM. Después de recibir asistencia a través del programa de Formación Profesional del CCM cuando era joven, me uní al personal del CCM India, donde he servido durante más de 39 años. Este servicio ha sido un gran honor-un viaje de amor, cuidado, esperanza, fortaleza y fe firme en el amor de Dios.
Nuestros patrones de trabajo han cambiado y también el entorno de la oficina. Hoy tenemos muchos más aparatos electrónicos en comparación con nuestras viejas máquinas de escribir. Si bien hoy casi siempre tenemos electricidad, en el pasado trabajamos en medio de cortes de energía durante varias horas al día.
Más de 300 instituciones indias recibieron aceite de canola, leche en polvo, jabón, pollo enlatado y trigo a través de estas distribuciones del CCM, brindando atención esencial para muchas personas menores en las escuelas y adultas mayores en hogares de ancianos.
El trabajo del CCM en Calcuta es bien conocido por residentes, especialmente debido a los elementos de recursos humanitarios que el CCM distribuyó durante muchos años a escuelas, orfanatos y hogares de ancianos. Más de 300 instituciones indias recibieron aceite de canola, leche en polvo, jabón, pollo enlatado y trigo a través de estas distribuciones del CCM, brindando atención esencial para muchas personas menores en las escuelas y adultas mayores en hogares de ancianos.
El cierre del programa de distribución en la década de 1990 trajo mucha ansiedad. El CCM comenzó a centrarse más en el trabajo de desarrollo y, por lo tanto, no quería que sus instituciones asociadas se volvieran dependientes del CCM, sino que miraran más allá de las distribuciones. El CCM les alentó a desarrollar propuestas para actividades de generación de ingresos. Sin embargo, esto no siempre funcionó como se esperaba. Por ejemplo, la misión de las Hermanas de la Caridad, misión de la Madre Teresa, con la que el CCM trabajó, es alimentar a las personas pobres y hambrientas. No tienen los medios para comenzar un programa de generación de ingresos. Más bien están llamadas a prestar servicio y, hasta la fecha, siguen ocupándose de personas menores huérfanas, personas con discapacidad mental, indigentes y moribundas.
Nuestro programa educativo ahora está más centrado en el acceso a una educación de calidad que simplemente en el acceso, pero aún en India el simple acceso a la educación, es una necesidad urgente. El patrocinio educativo individual que el CCM India solía operar tenía un toque personal y fomentaba las relaciones entre patrocinadores y menores. Cada año, cada estudiante enviaba saludos navideños con una carta y una tarjeta, que disfrutaba haciendo. Esta relación de uno a uno entre estudiante y patrocinador se perdió con el cambio de enfoque hacia el fortalecimiento de las escuelas como instituciones. En la oficina de Kolkata todavía mantenemos contacto con estudiantes. El hecho de que un(a) estudiante obtenga un trabajo después de años de dificultades estudiando y capacitándose, trae satisfacción y alegría a nuestro trabajo y el cambio que vemos en la familia más tarde es notable. El CCM India ha transformado muchas vidas y traído sonrisas a estudiantes y sus familias. La compasión y el amor han marcado la diferencia en las vidas individuales.
El CCM se destaca entre otras agencias de financiación porque respeta a cada agencia asociada con la que trabajamos. Nos preocupamos por las personas y escuchamos e implementamos nuestro trabajo de manera justa. Confiamos en el buen trabajo de nuestras organizaciones asociadas. Trabajamos como organizaciones asociadas y no les hacemos sentir que una es la donante y las otras son las receptoras. Sí, también necesitamos hacer nuestro trabajo, por lo que somos transparentes desde el comienzo del proyecto con las organizaciones asociadas, miembros de su junta y participantes sobre nuestras expectativas. También compartimos con nuestras organizaciones asociadas sobre el trabajo del CCM y quién apoya al CCM.
El CCM lleva a cabo su misión sin predicar la palabra de Dios. Más bien,
nuestro personal vive la Palabra de Dios, que se puede ver a través de su actitud, comportamiento, respeto mutuo, compasión, trato justo y amor. Es por eso que muchas de las personas con las que nos encontramos quieren unirse al personal del CCM o quieren hacerse Menonitas. Oro para que esta misión continúe trayendo fe en Cristo.

En nuestra oficina, siempre decimos: “Esta es la obra de Dios y Él seguramente nos guiará”. El CCM es muy afortunado de haber trabajado con personas temerosas de Dios como la Madre Teresa, el difunto hermano T.V. Mathews, la difunta hermana Florence, el Dr. Johnny Oommen y muchas otras que han servido y continúan sirviendo con compasión, amor y esperanza. Estos asoociados y líderes espirituales son nuestra fortaleza y nos ayudan a ser agradecidos, amables, humildes y serviciales en momentos de necesidad.
El CCM sigue siendo un gran apoyo para las personas pobres y marginadas y trabaja arduamente para satisfacer las necesidades de las personas. El CCM es conocido por su simplicidad, justicia, actitud de escucha y compromiso para desarrollar la capacidad de las personas pobres. ¡Dios bendiga al CCM!
Ayesha Kader es coordinadora del sector educativo para el CCM India. Ha trabajado con el CCM durante cuatro décadas.
Bolivia
He trabajado con el CCM Bolivia desde 1995, primero como promotor técnico y más recientemente como coordinador de programas rurales. En estos roles, he llevado a cabo evaluaciones de los programas de desarrollo del CCM. Estas evaluaciones han revelado que las fortalezas del trabajo del CCM son: su énfasis en las conexiones, relaciones interpersonales y amistades. Las comunidades bolivianas han reconocido el compromiso y dedicación mostrados por las personas trabajadoras del CCM durante todo el proceso de implementación de los proyectos. Desde el principio hasta el final de sus períodos de servicio, se les recuerda a las personas trabajadoras del CCM la importancia de acompañar a las comunidades marginadas, a las iglesias y a las organizaciones comunitarias con las que trabajan. Las relaciones que las personas trabajadoras del CCM construyen con las personas bolivianas continúan incluso después de que el personal del CCM regresa a sus países de origen.
La implementación directa ha dado paso en la última década o dos al acompañamiento de organizaciones asociadas.
A lo largo de mi tiempo con el CCM, hemos trabajado constantemente para mejorar la seguridad alimentaria y acceso a instalaciones de agua potable y saneamiento y para minimizar el riesgo de violencia que enfrentan las comunidades vulnerables. Incluso en medio de este enfoque constante, sin embargo, uno puede notar cambios. Por ejemplo, en el pasado, el CCM implementó sus propios proyectos en comunidades rurales y urbanas, con un enfoque en la ciudad y provincias del departamento de Santa Cruz. La implementación directa ha dado paso en la última década o dos al acompañamiento de organizaciones asociadas. Un cambio relacionado durante las últimas dos décadas ha sido una reducción en el número de personas trabajadoras de servicio del CCM asignados a vivir dentro de comunidades rurales como parte del programa de desarrollo rural del CCM en Bolivia. El CCM continúa colocando personas trabajadoras, pero ahora se centra en apoyar y acompañar a las organizaciones asociadas, ya que esas organizaciones, en vez de personal del CCM, implementan proyectos de desarrollo rural en el este y oeste de Bolivia.

En el pasado, el CCM Bolivia centró su programa en el reasentamiento de familias de bajo alemán Menonitas, quechuas y aymaras que llegaron al este del país en busca de tierras para construir casas y cultivos. La migración actual sigue siendo un desafío para las comunidades rurales, ya que estas comunidades luchan por satisfacer las necesidades de agua y seguridad alimentaria. El CCM continúa caminando junto a las comunidades agrícolas, tanto indígenas nativas como Menonitas de bajo alemán, para apoyar la diversificación agrícola, la adaptación a los climas cambiantes y la colaboración y aprendizaje entre comunidades.
El CCM hablaba de proteger los recursos naturales y la importancia de los árboles desde que comenzó a trabajar en Haití, mucho antes de que otras ONG y organizaciones locales comenzaran a preocuparse por la erosión y deforestación en el país. Siempre ha tenido una visión a largo plazo para la sostenibilidad.
Las visitas de intercambio con otros programas del CCM han sido extremadamente valiosas para el personal del CCM Bolivia y nuestros asociados. Así, por ejemplo, una visita de intercambio con los programas del CCM en Bangladesh y América Central nos permitió compartir ideas sobre cómo apoyar y fortalecer a las organizaciones locales, cómo son los programas de agricultura de conservación eficaces, cómo planificar el trabajo de desarrollo agrícola de una manera que maximice la seguridad alimentaria y cómo acompañar a las comunidades rurales mientras enfrentan climas cambiantes.
Aunque los proyectos de desarrollo de ONG internacionales son bienvenidos en Bolivia, deberían ser parte de un plan de desarrollo promovido por el estado boliviano. Los proyectos del CCM, como el trabajo de otras ONG internacionales, son monitoreados más cuidadosamente hoy que antes por las autoridades gubernamentales. El CCM ha trabajado duro para cumplir con las expectativas del gobierno boliviano, mientras se mantiene constante en su compromiso de acompañar a las comunidades marginadas y se mantiene firme en su llamado a servir en nombre de Cristo.
Patrocinio Garvizu ha trabajado para el CCM en Bolivia durante veinticinco años, más recientemente como coordinador del programa rural del CCM Bolivia. Originario de una comunidad quechua en el oeste de Bolivia, ha vivido durante muchos años en el este de Bolivia con su esposa y sus dos hijos.
Haití
He visto muchas cosas en mis años con el CCM en Haití. La historia del CCM aquí es larga: es un legado de sesenta años de centrarse en las personas y desarrollar la capacidad local en Haití. Yo mismo soy un ejemplo de la inversión del CCM en el desarrollo sostenible a largo plazo a través de las personas. Cuando fui llamado a trabajar para el CCM cuando era joven, hace casi cuarenta años, no tenía idea de que esta sería mi vida. No podía imaginar todo lo que sucedería en el Valle de Artibonite de Haití a través del CCM.
Cuando pienso en el legado del CCM en Haití, pienso en los árboles verdes que cubren tantas montañas que solían ser desiertos áridos, arroyos que ahora corren nuevamente en los lechos de los ríos que habían estado secos durante décadas, aves que han regresado y rostros de las personas con quienes hemos trabajado para que esto suceda.
El trabajo del CCM en Haití siempre ha puesto un fuerte énfasis en construir organizaciones locales y equipar a la gente local. Esta ha sido siempre nuestra fortaleza. El CCM ha mantenido un enfoque en la construcción de la comunidad y la movilización de grupos de cooperación comunitaria llamados gwoupman en el kreyol haitiano. El CCM ha priorizado acompañar a las personas más vulnerables y ha trabajado para empoderar a las mujeres a través de sus programas. Ha generado respeto por los recursos naturales y el medio ambiente y siempre ha mantenido un enfoque en la paz, justicia y cambio a largo plazo.
El CCM hablaba de proteger los recursos naturales y la importancia de los árboles desde que comenzó a trabajar en Haití, mucho antes de que otras ONG y organizaciones locales comenzaran a preocuparse por la erosión y deforestación en el país. Siempre ha tenido una visión a largo plazo para la sostenibilidad. El trabajo del CCM es mejor cuando nos aferramos a esa visión empoderadora. Un compromiso con la sostenibilidad a largo plazo es la razón por la cual el CCM Haití siempre ha invertido en árboles. El CCM ayuda a las personas a aprender a cuidar sus propios recursos naturales, como el suelo, los árboles y las fuentes de agua, ayudándoles a comprender la necesidad de proteger estos recursos esenciales. Construir sobre lo que la gente tiene, en lugar de importar siempre soluciones desde el exterior-ese ha sido nuestro enfoque. Si no podemos proteger lo que tenemos, no podemos vivir bien o por mucho tiempo en Haití.
Los momentos más desafiantes para el CCM fueron durante los años de control militar después de los gobernantes Duvalier. Fue muy difícil para el CCM trabajar en estos años. Durante ese tiempo, hubo desafíos prácticos que nos impidieron hacer el trabajo, así como desafíos espirituales y psicológicos que resultan de vivir con miedo y represión. No pudimos plantar árboles ni organizar capacitaciones de conservación del suelo para ayudar a las personas a cultivar mejor. Pero lo más difícil fue que no pudimos celebrar reuniones o juntar a los miembros de la comunidad. No pudimos movilizarnos. No pudimos juntar nuestras manos para apoyarnos mutuamente. Esta fue la realidad durante los años militares. Hoy nos enfrentamos nuevamente con problemas políticos, los peores desde entonces. Este es siempre nuestro desafío en Haití, estar en el campo, haciendo el trabajo a pesar de los problemas políticos que nos rodean y la gente que quiere dividirnos y separarnos.

Cuando pienso en el legado del CCM en Haití, pienso en los árboles verdes que cubren tantas montañas que solían ser desiertos áridos, arroyos que ahora corren nuevamente en los lechos de los ríos que habían estado secos durante décadas, aves que han regresado y rostros de las personas con quienes hemos trabajado para que esto suceda. Hemos demostrado a las personas que un futuro sostenible y esperanzador es posible y es uno en el que vale la pena invertir. La gente ahora cree que los árboles pueden ser una fuente de ingresos y tienen suficiente valor para que las personas los compren y los planten con el poco dinero que tienen. Hay comunidades donde trabaja el CCM que ahora tienen sus propios viveros de árboles autosuficientes. Hemos creado un espíritu empresarial alrededor de los árboles, para que las personas ingresen al negocio de los árboles, para que inviertan en sus propias comunidades. El CCM ha creado un espíritu de esperanza que motiva a las personas a invertir en el futuro. Ahora ven la compra de árboles como algo importante porque los árboles tienen un valor económico y ambiental-las personas quieren invertir en árboles porque tienen esperanza y creen que tienen el poder de cambiar su futuro. No se puede poner precio a este cambio de mentalidad.
El personal y asociados del CCM, en la forma en que hacen su trabajo, su pasión por su trabajo y la forma en que viven sus valores a través del servicio, están realmente comprometidos con el servicio en nombre de Cristo. Tal servicio es el mayor éxito del CCM y es la semilla del desarrollo duradero plantado aquí en Haití.
Jean Remy Azor es director ejecutivo de la organizción asociada del CCM Haití, Konbit Peyizan. Trabajó anter iormente con el CCM Haití durante 37 años.
Nigeria
Al revisar la historia del CCM Nigeria, se pueden ver varios cambios programáticos. Por ejemplo, el compromiso principal del CCM durante sus primeros años en Nigeria implicó la colocación de docentes de Canadá y Estados Unidos en escuelas nigerianas como parte del Programa de Maestros en el Extranjero (TAP) del CCM. A medida que Nigeria comenzó a graduar a más docentes de universidades y colegios de enseñanza, el programa del CCM se expandió a una variedad de otros sectores, como desarrollo agrícola, extensión de atención médica, forestación y más. Las semillas de nuevas ideas fueron plantadas, algunas brotando, floreciendo y creciendo en robles y otras muriendo. Otros cambios en las últimas décadas incluyen:
- una transición de involucrar principalmente a organizaciones nigerianas para las asignaciones de servicio de personas trabajadoras del CCM a también otorgar contribuciones financieras para apoyar las visiones de las organizaciones asociadas;
- un cambio de ser las iglesias las organizaciones asociadas primarias o incluso exclusivas del CCM al desarrollo de asociaciones con organizaciones identificadas con otras religiones (en el caso de Nigeria, Islam);
- un movimiento de la construcción de relaciones como el modo programático primario del CCM hacia la adopción de programación basada en resultados;
- un cambio de liderazgo del programa del CCM proveniente exclusivamente de Canadá y Estados Unidos a personas nigerianas, tal como yo, capaz de asumir un papel de liderazgo en mi propio país, un cambio que valora la profundidad del conocimiento cultural y contextual que las personas nigerianas aportan al trabajo del CCM en Nigeria.
A pesar de los cambios en algunas áreas de las operaciones del CCM en Nigeria, algunas cosas se han mantenido constantes, tales como:
- trabajar junto a organizaciones asociadas en relaciones de mutualidad;
- estar presente para compartir las alegrías, sufrimientos y desafíos del pueblo nigeriano en las comunidades donde opera el CCM;
- construir relaciones con iglesias y comunidades vulnerables;
- valorar y conectarse con las personas nigerianas como personas hechas a imagen de Dios.
Matthew Tangbuin es representante del CCM Nigeria. Ha trabajado para el CCM durante 21 años.
Laos
Durante las cuatro décadas de su presencia en Laos, el CCM ha participado activamente en proyectos que van desde abordar el problema de los artefactos sin detonar (UXO por sus siglas en inglés), organizar la capacitación de docentes, proporcionar los suministros necesarios para la educación de niñas y niños e implementar complejos proyectos de desarrollo rural integrados destinados a mejorar la seguridad alimentaria, nutrición y saneamiento en aldeas remotas. A lo largo de estos variados proyectos, lo que se ha mantenido constante es un énfasis en la construcción de paz. Sin embargo, el enfoque de la construcción de paz del CCM ha cambiado a lo largo de los años, pasando de ayudar inicialmente a las personas agricultoras a enfrentar las muertes por las minibombas a ayudar, más recientemente, a resolver problemas de tierras y ofrecer capacitación en resolución de conflictos en comunidades rurales.
Lo que creo que caracteriza al CCM en su mejor momento, ha sido trabajar estrechamente con las personas de las aldeas, compartiendo sus triunfos y angustias, aprendiendo de ellas y presenciando una mejora lenta pero constante en sus vidas.
Al reflexionar sobre mis años con el CCM, lo que más se destaca, y lo que creo que caracteriza al CCM en su mejor momento, ha sido trabajar estrechamente con las personas de las aldeas, compartiendo sus triunfos y angustias, aprendiendo de ellas y presenciando una mejora lenta pero constante en sus vidas. Nuestra recompensa ha sido una sensación de satisfacción al ver una esperanza renovada, empoderamiento y gratitud en los ojos de aquellas personas a quienes ayudamos, como el niño cuya vista fue restaurada después de que una explosión de una minibomba lo lesionara y el CCM lo llevara de emergencia al hospital.
Si alguna vez hubo una necesidad desesperada en Laos, fue eliminar las minibombas (artefactos sin detonar) lanzadas por el ejército de EE.UU. a los campos agrícolas en el norte del país en el apogeo de la guerra liderada por EE.UU. en el vecino Vietnam. Los agricultores no pudieron cultivar sus coshechas de arroz debido a las bombas-o, cuando lo intentaron, muchos resultaron muertos y heridos. En 1975, en colaboración con el Comité de Servicio de Amigos Americanos (AFSC por sus siglas en inglés), el CCM inició esfuerzos para reducir el daño continuo causado por bombas y minibombas sin detonar. En el verdadero espíritu del CCM, el equipo del CCM trabajó directamente con los agricultores, suministrando palas, bueyes, arados y un tractor blindado para limpiar la tierra. Este método de despejar las minibombas, aunque tuvo un impacto positivo, fue ineficiente y, aparte de los tractores blindados, no siempre fue seguro.
Tengo innumerables recuerdos de ver a las personas aldeanas llevando a sus hijas e hijos con dolencias a ver al médico del CCM temprano en la mañana, antes de que se abriera el dispensario, agradecidas por el acceso a la atención médica.
A través de la incidencia y participación en las políticas públicas, el CCM buscó durante los siguientes veinte años crear conciencia sobre cómo las mimibombas sin detonar ponen a los agricultores de Laos y sus familias en riesgo diario. Luego, después de dos décadas de esfuerzo, el CCM se asoció con el Mines Advisory Group (MAG) del Reino Unido. ¡Solo en 1994, el CCM y MAG destruyeron más de 4,000 artefactos sin detonar!
En sus proyectos de salud y desarrollo rural integrado, el CCM ha utilizado el mismo enfoque efectivo de trabajar estrechamente con las personas aldeanas en distritos remotos de provincias como Huaphan, Phong Saly, Vientiane y Saysomboun. Trabajando con el liderazgo de las aldeas, determinamos y abordamos sus necesidades más apremiantes. Nuestro enfoque funcionó, ayudando a aliviar la pobreza y enfermedad. Tengo innumerables recuerdos de ver a las personas aldeanas llevando a sus hijas e hijos con dolencias a ver al médico del CCM temprano en la mañana, antes de que se abriera el dispensario, agradecidas por el acceso a la atención médica.
Tuvimos muchos desafíos. Viajar para visitar a familias pobres en aldeas remotas consumía mucho tiempo y era costoso. Para el despeje de las minibombas, el CCM y el gobierno de Laos carecían de experiencia técnica, por lo que la búsqueda de formas eficientes y seguras de eliminar las bombas llevó mucho tiempo. Crear conciencia sobre el problema de las minibombas tomó demasiado tiempo-fueron casi veinte años después de la guerra que el problema de las minibomba se hizo globalmente reconocido.
A lo largo de las décadas, el personal del CCM Laos ha aprendido el valor de trabajar estrechamente con las comunidades, desarrollar habilidades de construcción de paz comunitaria, colaborar amigablemente con organizaciones asociadas y diversas entidades gubernamentales (desde los consejos de las aldeas hasta los departamentos y ministerios del gobierno) y la centralidad del bienestar de quienes estamos aquí para ayudar. Cuando hemos tenido en cuenta estos principios, hemos tenido éxito en todos los esfuerzos que hemos emprendido.
Hien Phammachanh trabajó con el CCM Laos desde 1984 hasta 2010, más recientemente como ca-representante.
Klassen, George. The Rower Pump. Dhaka: MCC Bangladesh, 1979.