[Articulos Individuales de la edicion de Intersecciones de Otoño del 2019 se publican en este blog cada semana. La edicion completa puede ser encontrada en MCC’s website.]
El CCM Nigeria y sus organizaciones asociadas, los Equipos de Preparación y Respuesta ante Emergencias (EPRT por sus siglas en inglés) y Ekklesiya Yan’uwa A Nijeriya (EYN, o la Iglesia de los Hermanos en Nigeria), han encontrado que integrar la sensibilidad al conflicto en las iniciativas de asistencia humanitaria es fundamental para el éxito de estos proyectos y para promover la cohesión social dentro de sociedades desgarradas por conflictos violentos. El realizar un cuidadoso análisis de conflictos durante la fase de diseño del proyecto y luego desarrollar las capacidades locales para la paz durante la implementación del proyecto ayuda a que el proyecto evite agravar las tensiones dentro del contexto pluralista nigeriano en el que las relaciones intercomunitarias se han deteriorado y en las cuales la sospecha entre los grupos permite que la desconfianza mutua e incluso el odio y la enemistad florezcan, lo que lleva a la violencia.
Los actores humanitarios pueden tener objetivos dignos y tratar de satisfacer las necesidades humanas básicas, pero si no incorporan la sensibilidad al conflicto en la planificación e implementación del proyecto, pueden provocar daños graves para las personas participantes del proyecto.
En las últimas dos décadas, los conflictos violentos en y alrededor de Jos, Nigeria (donde se encuentra la oficina del CCM Nigeria), han aumentado, resultando en pérdidas devastadoras de vidas y destrucción de propiedad. Estos conflictos provienen principalmente de las luchas por el control y acceso a los recursos, incluso cuando se movilizan diferentes identidades (como las religiosas y étnicas) para encender estos conflictos. Hace casi dos décadas, el CCM trabajó con líderes nigerianos en el área de Jos para establecer una organización, la EPRT, comprometida con la prevención no violenta de conflictos. La EPRT, una red de líderes nigerianos musulmanes y cristianos en Jos y sus alrededores, emprende acciones proactivas para mitigar conflictos entre personas de diferentes religiones y grupos étnicos. La EPRT también a cabo asistencia humanitaria en el contexto mixto religioso y étnico de Jos. Al llevar a cabo estas iniciativas humanitarias de emergencia, la EPRT ha logrado el éxito al incorporar numerosas prácticas de sensibilidad al conflicto en sus iniciativas humanitarias, tales como: colaboración interreligiosa e interinstitucional, que crea un entorno propicio para desarrollar el programa y minimizar las sospechas entre líneas religiosas; inclusión de las mujeres como parte de los equipos de respuesta a emergencias, lo que ayuda a garantizar que las mujeres de las comunidades afectadas hablen sobre el diseño del proyecto y que las necesidades de las mujeres, niñas y niños sean consideradas en todas las etapas del ciclo del proyecto; y el uso de personas voluntarias de la comunidad que representan diferentes religiones. Estas estrategias han contribuido decisivamente al éxito del trabajo de EPRT.
Al desarrollar intervenciones en situaciones de crisis complejas, los actores humanitarios deben considerar los divisores (acciones que queremos detener o las actitudes que queremos cambiar) y los conectores (acciones y actitudes que queremos fomentar). Las intervenciones humanitarias en un contexto conflictivo se convierten en parte de ese contexto, lo que hace que sea esencial para las organizaciones humanitarias comprometerse con un enfoque de No Hacer Daño en su distribución de ayuda humanitaria. Al planificar sus intervenciones humanitarias, la EPRT primero analiza los divisores que impulsan los conflictos intercomunales y los posibles conectores que pueden ayudar a mitigar dicho conflicto y luego integra ese análisis en el diseño de sus respuestas humanitarias para que no aumente la tensión interreligiosa o intergrupal, sino que cree espacio para la coexistencia pacífica.
La EPRT colabora con 11 organizaciones nigerianas, con un equilibrio de organizaciones cristianas y musulmanas y de organizaciones dirigidas por mujeres y hombres. Esta red diversa de asociaciones de programas fortalece los esfuerzos de la EPRT para reducir las emergencias violentas en el estado del Estado de Plateau en Nigeria, donde se encuentra Jos. Las actividades de la EPRT incluyen el establecimiento de clubes de paz en las escuelas, realización de talleres del Proyecto Alternativas a la Violencia (PAV), realización de evaluaciones de necesidades y evaluaciones de impacto ambiental, distribución de ayuda humanitaria y mantenimiento de un sistema de alerta temprana que moviliza a líderes religiosos y constructores de paz nigerianos para responder proactivamente desde el principio para evitar que las tensiones entre comunidades se vuelvan violentas.
Una distribución de ayuda reciente realizada por la EPRT con el apoyo del CCM en cuatro campamentos informales para personas desplazadas nigerianas, así como en las comunidades anfitrionas circundantes de Rawuru, Kworos, Barkin-Ladi y Kassa, utilizó enfoques participativos durante el proceso de diseño, de modo que las personas beneficiarias se involucraron en todos los aspectos de la respuesta. Las personas beneficiarias se unieron activamente para identificar las fortalezas y capacidades de las familias y comunidad, priorizar las necesidades de los hogares y comunidad, asegurar el apoyo logístico y de planificación, implementar actividades del proyecto (con la implementación llevada a cabo por equipos interreligiosos con equilibrio de género) y monitorear la distribución de artículos de ayuda. La EPRT invierte tiempo y esfuerzos para asegurar el apoyo de varios líderes religiosos y comunitarios, dado el hecho de que estas partes interesadas críticas tienen un enorme poder social y capital que se puede utilizar para ayudar u obstaculizar las respuestas humanitarias. Al involucrar a las personas beneficiarias y líderes locales en el diseño, implementación, monitoreo y evaluación del proyecto, la EPRT mejora el sentido de pertenencia y aceptación local del proyecto. Este sentido de pertenencia local también significa que la EPRT recibe retroalimentación oportuna y sincera de las personas beneficiarias y líderes locales sobre las fortalezas y debilidades de sus respuestas humanitarias. Las intervenciones humanitarias de la EPRT no solo satisfacen las necesidades de las personas desplazadas y miembros vulnerables de las comunidades de acogida, sino que también buscan fortalecer la tolerancia interreligiosa y construir una base común mediante la creación de espacios seguros compartidos para la construcción de relaciones a través de líneas etno-religiosas. Aunque los cristianos nigerianos percibieron que las crisis violentas que habían estallado en el área de Jos eran impulsadas por musulmanes, la EPRT basó sus distribuciones de ayuda en la necesidad, no en la religión, credo o estatus social, reconociendo que las distribuciones imparciales de ayuda tienen el potencial de construir la cohesión social en un contexto en el que algunos actores buscan crear y ampliar las divisiones a lo largo de líneas religiosas.

La experiencia de un intento de distribución de ayuda en el campo de Gurku por parte de una organización musulmana ofrece un segundo ejemplo de la importancia de un enfoque de sensibilidad al conflicto en la planificación de la distribución de artículos de ayuda en un contexto interreligioso. Este grupo musulmán había planeado distribuir ayuda solo a musulmanes durante el mes sagrado del Ramadán dentro de un campamento formal que incluía musulmanes y cristianos. Dado que los hogares en el campamento eran de diferentes grupos religiosos, los funcionarios musulmanes del campamento rechazaron los artículos de ayuda, insistiendo en que hasta que todas las PDI en el campamento se beneficiaran, independientemente de su afiliación religiosa, la distribución no podría realizarse. Los líderes del campamento habían participado en talleres organizados por la EYN sobre el enfoque de Sanidad y Reconstrucción de nuestras Comunidades (HROC por sus siglas en inglés) de Ruanda, que habían enfatizado la importancia de considerar los generadores de conflictos y los conectores al desarrollar respuestas humanitarias y, por lo tanto, prepararon a los líderes comunitarios para hacer preguntas críticas sobre iniciativas humanitarias como esta propuesta por una organización musulmana que habría tenido consecuencias negativas al fracturar la cohesión social.
Los actores humanitarios pueden tener objetivos dignos y tratar de satisfacer las necesidades humanas básicas, pero si no incorporan la sensibilidad al conflicto en la planificación e implementación del proyecto, pueden provocar daños graves para las personas participantes del proyecto. Se debe tener cuidado para garantizar que las normas culturales y doctrinas religiosas no interrumpan la distribución de la asistencia humanitaria y que el proyecto no cree más conflictos al ignorar las normas culturales.
Durante décadas, el CCM en Nigeria ha trabajado junto con organizaciones asociadas como la EPRT y EYN para satisfacer las necesidades humanas básicas, abordar las injusticias y reconstruir comunidades que anteriormente estaban segregadas por líneas religiosas. Gracias a estos esfuerzos, el CCM y sus organizaciones asociadas han descubierto que integrar la sensibilidad al conflicto y construcción de la paz en el corazón de cada proyecto, promover la cohesión social a través de las diferencias y construir capacidades interreligiosas para la paz son esenciales para el éxito de las intervenciones humanitarias.
Hyeladzira Balami es asistente administrativa y financiera del CCM Nigeria.
The Do No Harm Project. The “Do No Harm” Framework for Analyzing the Impact of
Assistance on Conflict: A Handbook. Cambridge, MA: CDA Collaborative Learning Projects, 2004. Disponible en: https://www.cdacollaborative.org/publication/the-do-no-harm-framework-for-analyzing-the-impact-of-assistance-on-conflict-a-handbook/.