[Articulos Individuales de la edicion de Intersecciones de verano del 2018 se publican en este blog cada semana. La edicion completa puede ser encontrada en MCC’s website.]
El sistema carcelario de Haití es considerado uno de los peores del mundo. En 2018, el World Prison Brief calificó a las cárceles de Haití como las más abarrotadas del mundo, con 4,5 veces más personas que su capacidad real. Con menos de 0.5 metros cuadrados de espacio disponible para cada recluso, los privados de libertad deben dormir por turnos. A pesar de que las leyes haitianas dicen lo contrario, los niños, a menudo, se alojan con adultos en prisión. Este hacinamiento, combinado con la falta de fondos, a menudo, conduce a muertes prevenibles por malnutrición, violencia y enfermedad. Además, debido a un sistema judicial disfuncional y sobrecargado, la mayoría de los 11,000 privados de libertad de Haití nunca han sido juzgados por un crimen y muchos ni siquiera conocen los crímenes por los que están acusados. Según la Dirección de Prisiones de Haití, el 74% de los reclusos (incluyendo el 82% de las mujeres y el 95% de las niñas) no han sido escuchados por un juez. Sin la capacidad de pagar por un abogado y los honorarios de la corte, incluso personas inocentes languidecen en prisión por años.
Un joven de 18 años, recientemente liberado por la intervención de un proyecto apoyado por el CCM, había estado en prisión durante cuatro años sin ver a su familia, a un abogado o un juez por una pelea en la calle cuando tenía 14 años. Desafortunadamente, independientemente de la culpa real, el futuro de las personas liberadas de prisión en Haití es especialmente desafiante. El estigma cultural asociado con el encarcelamiento significa que las personas liberadas, a menudo, están aisladas de la familia, amigos y comunidad. Sin estos pilares esenciales, la tasa de reincidencia de estas personas es alta.
Respondiendo a las crueles realidades del sistema penitenciario haitiano, el CCM en Haití ha cambiado recientemente de una estrategia de promoción de políticas públicas y provisión de asistencia humanitaria (como mantas, alimentos y kits de higiene) a una estrategia de justicia restaurativa, asistencia legal y apoyo para ayudar con la reintegración después de la liberación. Después de una serie de proyectos piloto para probar nuevos enfoques, el CCM ahora está apoyando dos modelos distintos de trabajo con personas privadas de libertad.
Asistencia legal gratuita y conexiones comunitarias para madres y padres privados de libertad
El proyecto de justicia restaurativa más grande del CCM está liderado por Alliance Chrétienne pour la Justice (ACJ), una organización haitiana que coordina con abogados(as) voluntarios(as) que brindan asistencia jurídica gratuita a personas en prisión preventiva acusadas de crímenes menores no violentos en la previa al juicio. El proyecto se enfoca en madres/padres encarcelados, particularmente madres/padres solteros, con hijas/hijos menores de edad. El CCM apoya la capacitación de abogados(as) voluntarios(as) y los honorarios judiciales requeridos. Los(as) abogados(as) donan el 100% de su tiempo. Para ayudar con la reintegración, el proyecto vincula a las personas participantes encarceladas dispuestas con sus congregaciones de origen (o una nueva iglesia en su comunidad de origen), así como a una comunidad de voluntarios(as) y un(a) mentor(a) espiritual desde su perspectiva de fe. Debido al modelo principalmente voluntario, el proyecto tiene una alta efectividad, de sólo US $191 por participante planificado liberado. Además, los proyectos de ACJ hasta ahora han logrado el 123% de las liberaciones planificadas por el mismo presupuesto, lo que significa un costo por participante liberado de US $155. Hasta el momento, el 75% de todos los participantes liberados han permanecido en contacto con sus iglesias y mentores tres meses después de la liberación, sin casos conocidos de reincidencia o re-encarcelamiento.
Las fortalezas de este enfoque incluyen un fuerte compromiso local y voluntariado, rentabilidad y un enfoque holístico para la reintegración espiritual y comunitaria después de la liberación. Las debilidades del enfoque incluyen la dependencia de profesionales altamente calificados para ofrecer voluntariamente su tiempo y la falta de apoyos adicionales (como asistencia médica, económica o psicológica) que aborden los problemas comunes de salud y financieros que las personas liberadas enfrentan con frecuencia. El CCM está aumentando su apoyo para este proyecto durante los próximos tres años a medida que ACJ crece en capacidad. Durante este tiempo, ACJ tiene como objetivo facilitar la liberación y la reintegración de 175 madres/padres.
Apoyo holístico para niñas/niños en prisión
El otro proyecto de justicia restaurativa del CCM, en su segunda fase piloto, se asocia con la organización haitiana Zanmi Timoun para proporcionar un modelo más integral y completo para apoyar a las niñas y niños en prisión. Dada la extrema vulnerabilidad de las niñas y niños tanto en prisión como después de la liberación, se requiere un modelo de apoyo más holístico y estructurado. El proyecto utiliza personal remunerado para proporcionar asesoramiento psicológico, asistencia médica básica, preparación para la reintegración posterior a la liberación y educación. El proyecto también aborda el estigma que las familias sienten al tener un niño/niña en prisión, ofrece una mediación entre las familias y sus hijas/hijos una vez liberados y ayuda económica para que los niños y niñas más vulnerables asistan a la escuela o comiencen un pequeño negocio. Debido a su enfoque intensivo en recursos, el costo por participante liberado es de US $302. Los costos logísticos y de transporte del proyecto también son altos porque las niñas y niños en prisión que apoya Zanmi Timoun están distribuidos en las 17 cárceles haitianas (solo una de ellas está designada como centro de detención juvenil). Con el apoyo del CCM, Zanmi Timoun trabaja con aproximadamente 200 niños/niñas por año en las cárceles (aproximadamente un tercio de todas las niñas y niños en prisión en Haití) y acompaña a 100 de ellos(as) hasta su liberación. Los casos que reciben un acompañamiento legal completo se priorizan en función de la incapacidad de sus
familias para pagar la asistencia jurídica y la gravedad de los delitos acusados (con prioridad para los niños/niñas acusados de delitos menores no violentos). Hasta la fecha, los dos proyectos pilotos con Zanmi Timoun han dado como resultado la liberación de 47 niños/niñas, entre los cuales no se conocen de reincidencia o re-encarcelamiento.
Las fortalezas del enfoque de Zanmi Timoun incluyen la naturaleza exhaustiva de
los servicios integrales proporcionados, la forma en que se enfatiza y apoya la
reintegración familiar y la participación del personal remunerado para proporcionar
una mayor consistencia y control sobre la calidad y puntualidad de los servicios. La mayor debilidad del enfoque es su naturaleza de uso intensivo de recursos y la dependencia del personal remunerado durante todo el proceso.
Próximos pasos
El trabajo del CCM en las cárceles haitianas a través de estos dos modelos ha sido exitoso porque cada modelo se adapta a la población a la que sirve. Además, ambos enfoques incluyen la incidencia ante el gobierno haitiano sobre la detención preventiva prolongada, lo que resulta en personas que esperan en la cárcel durante años para un juicio. El modelo voluntario más reducido de ACJ permite que se ayude a la cantidad máxima de personas adultas con un presupuesto y capacidad limitados. El modelo más integral de Zanmi Timoun permite el mayor nivel de apoyo que las niñas y niños en prisión y sus familias requieren dada su mayor vulnerabilidad. ACJ se encuentra actualmente fuera de la fase piloto y al comienzo de una iniciativa de tres años para ampliar su trabajo. Zanmi Timoun está en el medio del segundo año de su proyecto piloto mientras continúa refinando su enfoque. En los próximos años, el personal del CCM Haití colaborará estrechamente con ambas organizaciones para aprender más sobre cómo se pueden mejorar ambos modelos.
Paul Shetler Fast es el coordinador de salud del CCM y vive en Puerto Príncipe, Haití.