Apoyando a personas ex privadas de libertad que se reintegran

[Articulos Individuales de la edicion de Intersecciones de verano del 2018 se publican en este blog cada semana. La edicion completa puede ser encontrada en MCC’s website.]

El aumento del encarcelamiento masivo significa que el número de personas ex-privadas de libertad es mayor que nunca. Aquellas que reciben apoyo Espiritual y de medios de vida después de ser liberadas de la cárcel tienen notablemente mejores oportunidades que las que no lo tienen, con tasas más bajas de reincidencia. Como ex privados de libertad, Dwayne Harmon del programa Círculo de Apoyo y Rendición de Cuentas (COSA por sus siglas en inglés) de la Universidad Fresno Pacific y Ron Muse del CCM Costa Este brindan perspectivas distintivas sobre las dificultades que enfrentan las personas ex privadas de libertad que se reintegran. En este artículo, Harmon y Muse reflexionan sobre esas dificultades y responden a preguntas sobre su trabajo y sobre cómo los miembros de la comunidad pueden responder mejor a las necesidades de los privados de libertad recién liberados.

¿Qué trabajo están haciendo con individuos privados de libertad o aquellos que se reintegran? ¿Qué les motiva?

Harmon trabaja con individuos en prisión y recién liberados a través de los Círculos de Apoyo y Rendición de Cuentas (COSA), un programa de la Universidad Fresno Pacific que acompaña a ofensores que viven en un centro de reinserción y los prepara para la reintegración a la comunidad. Como alguien que pasó 20 años dentro y fuera de la prisión, Harmon conoce de primera mano los obstáculos que los ex privados de libertad enfrentan al momento de su liberación. “Tomé cursos para convertirme en técnico de agua y tuve numerosas entrevistas”, comparte Harmon, “pero en el momento en que se daban cuenta de que era un exconvicto, todo paraba . . . no más correos electrónicos o llamadas telefónicas”.

Harmon también trabaja con individuos encarcelados a través del VOEG (Grupo de Educación para Ofensores Víctimas), un proyecto del programa Insight Prison Project en California que ayuda a las personas encarceladas a desarrollar nuevas perspectivas sobre sus elecciones de vida y las circunstancias de la vida que resultaron en su encarcelamiento. El currículo de Insight de 18 a 24 meses utiliza herramientas de justicia restaurativa para abordar mejor el crimen y la violencia dentro de las comunidades y se ofrece en numerosas prisiones, cárceles e instalaciones de reinserción para hombres, mujeres y jóvenes. Durante el año y medio que los participantes se reúnen para el curso, muchos de ellos y ellas hablan abiertamente por primera vez sobre sus crímenes y los impactos de esos crímenes en ellas y ellos mismos y en otras personas y reflexionan en conjunto sobre cómo se vería su futuro después de la prisión.

Harmon también trabaja con el Colectivo Ahimsa, una red de personas que crean formas basadas en las relaciones para abordar la violencia a través de enfoques restaurativos. El Colectivo Ahimsa involucra a los hombres sobre lo que ha impactado negativamente sus vidas y los alienta a identificar formas de lidiar con su propia victimización para que puedan comenzar a reconocer el impacto de sus crímenes en las demás personas.

Muse, por su parte, se desempeña como capellán en la prisión del condado de Filadelfia y supervisa los servicios religiosos, brinda consejería, comparte el evangelio y ofrece literatura de recursos a los privados de libertad. Como pastor, Muse también ayuda a los ex privados de libertad que se reintegran a realizar los ajustes espirituales y de vida necesarios para que puedan reingresar con éxito a sus comunidades.

¿Qué ha sido lo más desafiante para usted como ex privado de libertad que se reintegra?

“Fui liberado de la prisión el 26 de marzo de 2006 y tomé la decisión de completar mi educación para poder encontrar un trabajo responsable”, comparte Harmon. “Recibí mi licenciatura en gestión organizacional para crear mejores oportunidades de empleo. Pero como hombre afroamericano y exconvicto, encontré más barreras que oportunidades”. Harmon continúa diciendo que pasó tres años y medio buscando infructuosamente un trabajo significativo. Al no encontrar ninguno, “hice lo que tuve que hacer. Trabajé en astilleros, recogiendo colillas de cigarros, porque ese fue el trabajo que me asignaron. Trabajé en el campo de la construcción, y también fui trabajador sindical de hierro, pero siempre me encontré con paredes de discriminación”. Harmon comentó que “no había nadie que se pareciera a mí en posiciones de autoridad. Fui contratado para proyectos de tiempo limitado, como ayudar a construir una de las prisiones para mujeres en California. Por lo general, me daban el trabajo más extenuante en obras de construcción y, en lugar de cambiarme a un trabajo diferente cuando el contrato estaba terminado, me despedían”.

¿Cómo se vería el apoyo para las personas ex privadas de libertad que se reintegran?

Hamon señala la bendición de tener una madre y un padre cariñosos. “Su amor fue incondicional”, afirma. “Me amaron lo suficiente como para
dejarme salir a la calle para valerme por mí mismo. Pero nunca me dieron la
espalda”. Harmon continúa:

La iglesia también estuvo presente. Me había convertido al islam desde hacía más de 20 años mientras repetía ciclos de reincidencia. Mi iglesia local siempre estuvo allí con oración, ropa, invitándome a su espacio. Estoy agradecido por ese apoyo, es un pozo del que aún estoy bebiendo hoy. Tomé la decisión de ir a la iglesia y averiguar qué significaba pasar el rato con personas a quienes veía como ganadoras. Empecé a elegir algo diferente, algo a lo que antes nunca le había dado oportunidad.

Harmon también subraya su propia motivación. Antes de su encarcelamiento, era estudiante en la universidad del estado de Arizona con una beca de fútbol. En prisión, se convirtió en un abogado de la cárcel y se dio cuenta de lo importante que era la educación. Le permitió buscar dentro de sí mismo y sacar cosas. “Me volví muy creativo por dentro y por fuera”, señala Harmon. Un programa titulado Arts in Corrections le brindó la oportunidad de dedicarse a la escritura creativa, el cine y la fotografía, actividades que lo sostuvieron en tiempos difíciles. Harmon subraya la importancia del apoyo que recibió del Departamento de Rehabilitación de California después de su liberación, que lo ayudó a reintegrarse en la sociedad. También señala que su agente de libertad condicional lo ayudó a obtener un préstamo de 500 dólares para iniciar su negocio de fotografía, esa asistencia financiera lo ayudó a mantenerse de pie.

Muse enfatiza que el apoyo debe venir de las comunidades de las cuales provienen los exconvictos, porque esas comunidades ya han abordado y superado los obstáculos que impiden que los exconvictos eviten la reincidencia y establezcan medios de vida seguros. Son las personas transformadas que transforman personas, insiste Muse. La mayoría de los programas seculares y cristianos no apoyan adecuadamente a las personas ex privadas de libertad que se reintegran, sostiene Muse, porque rara vez tienen personal que haya experimentado cómo Dios puede transformar la vida de los privados de libertad y de los que se reintegran y por lo tanto estarían bien posicionados para dar consejos relevantes a los reclusos liberados. En muchas organizaciones que trabajan con exconvictos de color que se reintegran, Muse observa que la mayor parte de la toma de decisiones es realizada por personas blancas compasivas o con títulos que no han atravesado por este obstáculo pero que creen que tienen las respuestas o soluciones a los problemas que atraviesan los ex privados de libertad soluciones a los problemas que atraviesan los ex privados de libertad al reintegrarse. El apoyo se vería mejor asociándose con comunidades de color que ya están haciendo el trabajo y obteniendo resultados.

¿Qué quieren que la gente sepa sobre las personas ex privadas de libertad que se reintegran?

Tanto Muse como Harmon destacan la humanidad de las personas ex privadas de libertad que se reintegran. Son más que estadísticas o etiquetas. Sepan que las personas que salen de prisión tienen habilidades, enfatizaron. Muchas pudieron desarrollar habilidades mientras estaban en prisión. Pueden usar esas habilidades si solo se les da una segunda oportunidad. A veces, estas personas se sienten como aprendices de todos los oficios y maestros de ninguno. Al tener más oportunidades para usar sus habilidades y aprovechar sus experiencias, pueden tener éxito.

¿Qué les dirían a las personas que quieren ayudar a las personas ex privadas de libertad que se reintegran? ¿Qué pueden o deben hacer?

“Nuestras comunidades necesitan involucrarse más y reconocer que el encarcelamiento masivo tiene efectos negativos para todas las personas”, argumenta Harmon. “Necesitamos círculos de personas para apoyar a otras durante la transición—todos los días. Ese apoyo debería provenir de la comunidad, no solo de la iglesia”. Harmon explica que

Volver a nuestras comunidades despierta un sentimiento de soledad porque, a menudo, estás solo y es una batalla cuesta arriba cuando sales con $ 200 en tu bolsillo y un tiquete de autobús. Nuestras comunidades necesitan proporcionar más círculos de apoyo y rendición de cuentas. Las personas privadas de libertad que se reintegran también necesitan gente que abogue por ellas. Alguien que pueda estar allí día tras día. No solo los domingos por la mañana. Que proporcione asistencia para buscar vivienda, empleo, transporte. Que brinde ayuda para implementar un plan de acción.

Muse insiste en que las personas que buscan trabajar con estas personas que se reintegran busquen discernir en oración su motivación y se capaciten. “Como soldado de Cristo, asegúrese de que él lo haya llamado a este grupo demográfico de personas”, insta Muse. Él concluye con un simple consejo:

Por alguna razón, la gente blanca cree que puede servir en cualquier lugar que su corazón desee. Como soldados, no podemos elegir nuestro lugar de despliegue. Comprendan que el encarcelamiento masivo tiene muchas partes y debemos encontrar qué parte desea Dios que hagamos si nos ha llamado a eso. Si eres llamado, ahora es el momento de formarte. La capacitación es obligatoria. La mayoría de las personas fracasan con este grupo demográfico de personas porque no se dieron cuenta de la demanda constante de las personas reclusas y exreclusas y se agotan rápidamente.

Juntos, Harmon y Muse les recuerdan a las personas que acompañan a las personas ex privadas de libertad que se reintegran que su trabajo es una gran vocación que debe abordarse con gran seriedad.

Dwayne Harmon trabaja con el programa de Círculos de Apoyo y Rendimiento de Cuentas (COSA por sus siglas en inglés) de la Universidad Fresno Pacific. Ron Muse trabaja abogando por el ministerio de prisiones del CCM Costa Este.

Involucrate

En asociación con el Centro Comunitario Crossroads en el norte de Filadelfia, el CCM Costa Este recibe donaciones de paquetes de higiene para privados de libertad y los distribuye a personas en el área metropolitana de Filadelfia que están actualmente encarceladas o que están participando en ministerios de reinserción después de salir de la prisión.

Ron Muse, miembro del personal del CCM Costa Este, comparte que recibir un regalo de suministros básicos de higiene cuando estuvo encarcelado lo hizo sentirse “amado en un lugar no digno de ser amado”. Para obtener más información sobre el ensamblaje de paquetes de higiene para privados de libertad, visite: mcc.org/stories/mccwelcomes-donations -prisonercare-kits.

 

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s