Superando la Doctrina del Descubrimiento (Invierno 2018)

La Doctrina del Descubrimiento es un marco filosófico y legal que se remonta a las bulas papales del siglo XV que proporcionaba justificación teológica y una base legal para que los gobiernos cristianos invadieran y tomaran las tierras indígenas y dominaran a los pueblos indígenas. Enraizada en el colonialismo, capitalismo, patriarcado y supremacía blanca, la Doctrina del Descubrimiento supuso que las tierras indígenas eran terra nullius, que significa “tierra de nadie”. Los patrones de opresión que continúan desposeyendo a los pueblos indígenas de sus tierras hoy en día, están arraigados en esas bulas papales y se perpetúan en numerosos documentos históricos como los decretos reales y fallos de la Corte Suprema de los Estados Unidos tan recientes como los del 2005.
Este marco político y legal, enraizado en las justificaciones teológicas cristianas, allanó el camino para la expansión colonial en Canadá y Estados Unidos contemporáneos en el nombre de Cristo. A medida que los colonos europeos tomaron más y más tierra, sus gobiernos restringieron a los pueblos indígenas a áreas cada vez más pequeñas. Los gobiernos de los colonos promulgaron leyes para confinar el movimiento indígena a reservas. Al mismo tiempo, estos gobiernos intentaron asimilar, por la fuerza, los pueblos indígenas dentro de la sociedad cristiana europea: así, por ejemplo, tanto en Canadá como en EE. UU., los gobiernos sacaron a las niñas y niños pequeños indígenas de sus familias y les colocaron en internados administrados por cristianos. En Estados Unidos, la visión de estas escuelas se resumió en la cruda frase: “Mata al indio, salva al hombre”.

El marco de la Doctrina del Descubrimiento ha tenido innumerables ramificaciones mortíferas para los pueblos indígenas de todo el mundo, proporcionando justificaciones para el robo de tierras indígenas y supresión de las culturas indígenas. Sin embargo, frente a los continuos legados de despojo, las comunidades indígenas, junto a personas aliadas de los colonos, buscan desmantelar la Doctrina del Descubrimiento. En Canadá, por ejemplo, los pueblos de las Primeras Naciones han liderado la presión para que el gobierno canadiense apruebe la ley parlamentaria C-262 que requeriría que el gobierno canadiense armonice sus leyes con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. En Estados Unidos, la determinación indígena de proteger el agua y la tierra de la construcción de oleoductos en Standing Rock en el territorio de Oceti Sakowin (Dakota, Lakota, Nakota) en la actual Dakota del Norte llamó la atención sobre la desposesión continua de los pueblos indígenas. Miestras tanto, la Comisión de la Verdad y Reconciliación de las escuelas residenciales indígenas en Canadá ha presionado a las personas canadienses para que pregunten cómo sería la justicia y un futuro de reconciliación y relación correcta a raíz de la devastación causada por las escuelas residenciales a las familias y comunidades indígenas. En este número de Intersections, autoras/es indígenas y colonos examinan críticamente los daños perpetrados por el marco de la Doctrina del Descubrimiento. Sin embargo, sus reflexiones no se limitan al análisis, sino que impulsan más allá, trazando caminos en el viaje hacia la superación de la Doctrina del Descubrimiento.

Erica Littlewolf trabaja con el Círculo de Visión Indígena del CCM Estados Centrales. Pam Peters-Pries es la directora asociada del programa en CCM Canadá.

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